El parásito del "Juega Vivo" en Panamá

De vez en cuando me vienen a la mente algunos recuerdos de mis clases de ética y moral en la escuela, lo que me lleva a reflexionar sobre la situación actual (y de toda la vida) de mi querida Panamá. Lastimosamente hay un parásito que vive latente dentro de todos los panameños, nos alienta a cometer actos no del todo honestos, no del todo deshonestos, como un pequeño diablillo sentado en nuestro hombro, susurrándonos al oído todos los días en esas situaciones en las que nos provoca sacar partido, hasta cierto punto, abusando de la inocencia, debilidad o hasta en muchos casos, estupidez de otras personas. Este parásito tiene nombre y apellido: Juega Vivo.

Actualmente tenemos muchos parásitos en nuestra sociedad: la violencia, la delincuencia, la falta de interés por el estudio, la falta de cortesía en el manejo, entre otros. Algunos se pagan por cárcel, algunos con castigos de nuestros padres, algunos se pagan con dinero y algunos se pagan incluso con nuestra vida, pero ¿con qué se paga el juega vivo? Yo tengo una posible respuesta: el juega vivo se paga con nuestra reputación y la reputación de otros; una vez que eres un juega vivo, lo serás toda la vida. Lo peor del juega vivo es que no solamente daña a la persona que lo practica, sino que daña a gremios o sociedades enteras, esparciendo una mancha que se difícilmente se borra.

Voy a poner un ejemplo personal: Como ya he dicho en alguno de mis blogs anteriormente, me dedico al diseño y programación de páginas web en Panamá, y en este mundo del diseño web me he topado con muchas historias, que me cuentan mis clientes y posibles clientes. En resumen, se han encontrado con personas que le empiezan sus proyectos y no se los terminan, personas que les quieren cobrar “un ojo de la cara” por proyectos muy pequeños, e incluso personas que cobran la primera vez y más nunca los ven.

El juega vivo es parásito real en nuestra sociedad, se multiplica saltando de persona en persona, pues hay dos opciones cuando una persona convive con un “juega vivo”: repudia los actos de dudosa honestidad o aloja al parásito como un invitado de honor.

No dañemos la reputación de nuestro país; no es agradable que al subirse a un taxi nos quieran cobrar más porque el conductor nos vio pinta de extranjeros (me ha pasado), o que le agreguen un cero a la derecha a la cuenta de un plomero o electricista porque vio que tenemos una pantalla plana en la sala de nuestra casa.

Para terminar, cerraré con este ejemplo: la nueva iMac cuesta dos mil dólares en la tienda Apple y no importa si la compro yo o la compra el presidente Martinelli que es millonario, a ambos nos costará dos mil dólares de nuestro bolsillo, pues estaríamos pagando por el mismo producto, aún cuando el tenga un mayor poder adquisitivo que el mío.

Saludines!

Hasta la próxima.

Yen

yenhowell@gmail.com